Las robot-ratas, manipulación y violencia social

Una vieja polémica persiste en los predios intelectuales del mundo de hoy repleto de agresividad, violencia y cambios sociales que someten a los individuos. La vieja pregunta se reaviva: ¿es la naturaleza humana la que nos empuja a ser violentos y dominantes, o es la crianza y el entorno lo que nos condiciona?

Antes de abordar esas cuestiones, recordemos que hay laboratorios que experimentan con “robo-ratas” o ratas robotizadas. Se trata de ratas comunes que tienen implantadas en su cerebro unos electrodos que pueden estimular sus áreas sensoriales y de recompensa.  Así puede ser manipuladas a control remoto.

Los científicos les imparten órdenes y estimulan sus recompensas a través de ondas de radio que se emiten desde una computadora portátil hacia un receptor en forma de mochila colocado sobre el lomo de cada rata. Las ratas pueden ir por dónde se les indique, dar saltos, accionar botones, etc. Tienen el potencial de ser útiles y llegar hasta sitios inaccesibles para los humanos o para las máquinas. Podrían detectar sobrevivientes atrapados bajo escombros, localizar bombas, hacer cartografía de túneles subterráneos o cuevas, etc. (1). Pero también podrían ser pequeñas herramientas para explotar bombas, causar accidentes, espiar.

El tema lleva a la conclusión de que los humanos, al igual que las ratas, pueden ser manipulados y que es posible crear o anular sus sentimientos complejos como el amor, la ira, el temor, e inducirles a actuar de algún modo, estimulando los puntos adecuados de su cerebro.

Lecciones de los experimentos. La cuestión es que, aparentemente, también es viable producir esas actitudes, no por estimulación eléctrica en un momento preciso, sino por conductas aprendidas que gradualmente se expresan en su conducta. Y ese es el plano en el que se mueven las experiencias con los seres humanos.

Si una población específica es bombardeada con información, condicionada por su entorno social inmediato durante largos períodos, es predecible que pueda reaccionar de una manera a favor o en contra de lo que se le ha inducido a creer. El gran manipulador de masas Joseph Goebbels empleó todos los recursos escénicos, cinematográficos y publicitarios de su tiempo, para lograr que la imagen de un trastornado como Adolf Hitler fuera visto como un líder decidido y bien intencionado.

Condicionar conductas. En nuestra región, hay agitadores que le dicen a la población que su pobreza, su falta de oportunidades o su incapacidad para progresar, es culpa directa de cierto grupo de personas o de una clase social. Lo repiten en las calles, a través de los medios, una y mil veces. Y así condicionan la percepción de que sus desgracias no pueden ser superadas mediante el propio esfuerzo, enfrentándose a la naturaleza, o tratando de alcanzar sus sueños.

Según ellos, deben emplear el potente estímulo del odio y de la frustración contra algo o alguien para saciar la ansiedad.  Es fácil así canalizar la energía negativa contra otros a los que hay que golpear, tumbar, aniquilar.  Polarizar es un verbo empleado por los conspiradores.  Nosotros estamos aquí, ellos están allá. De ahí crece el resentimiento, el afán de venganza. Esas son las verdaderas correntadas que sacuden la mente de ciertas personas, casi siempre de baja condición social, que devienen manipulables.

La violencia social, las revueltas que muchos países han experimentado en los últimos años podrían tener esa explicación de base. El octubre negro de 2019 cuando todo Chile fue convulsionado; el asalto al Capitolio por los seguidores fanáticos de Donald Trump en USA en enero de 2021; la invasión de las sedes de gobierno en Brasilia en rechazo a la elección de Lula da Silva; y el triste verano violento de este año que experimentamos los peruanos.  Lo que tienen en común son movilizaciones de masas que siguen una creencia. Se dice que fueron acciones poco conscientes, fuertemente influenciadas por consignas. ¿Usted qué opina?

Fotos: Rata para desastres/cnnespanol.cnn.com . Asalto al Capitolio: De Tyler Merbler – https://www.flickr.com/photos/

1.- Los trabajos pioneros de las robo-ratas del Dr. Sanjiv Talwar, Universidad del Estado de Nueva York, son citados por Yuval Noah Harari en Homo Deus, Penguin Random House, México, 2016, pág. 316.

Ratas robot; BBCMundo: mayo de 2002, http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_1964000/1964278.stm