El COVID-19 y la conspiración global.

Hemos dicho antes que los bulos (fakenews), se relacionan con temas de la narrativa vigente, con asuntos que generan gran interés colectivo, como la pandemia o las elecciones presidenciales.

Y los bulos se producen por interés particular, debido a que hay vacíos en la información; porque la información falsa viaja a gran velocidad; y porque existe impunidad, anonimato e incentivos perversos para crear y reproducir esas falsedades.

Así como se inventan, intencionalmente, supuestos hechos noticiosos respecto a personajes políticos o artistas populares, así también se crearon teorías de la conspiración y falsedades respecto a la pandemia.

Bien, salgamos de las fronteras de nuestra parroquia y pasemos a las ligas internacionales donde se jugaron varias falsedades respecto al COVID-19. ¿El coronavirus se originó naturalmente, o es consecuencia de una fabricación deliberada? ¿Las antenas 5G son causantes o difusoras del virus?

Virus artificial

Desde hace más de un año, China y USA entraron en una guerra informativa, donde los bulos arreciaron, porque ambos países trataban de imponer una visión sobre el origen y el manejo de la enfermedad.

China decía que los Estados Unidos de Trump eran incompetentes para controlar el mal y que posiblemente ellos la habían exportado a Asia.  Trump, sus colabores y su prensa adicta, sostenían que había pruebas de que el virus lo había fabricado un laboratorio chino y que se les había escapado de control.

Ya bastante hacen su trabajo los influenciadores de redes sociales y los robots que reenvían las falsedades con identidades truchas.  Pero lo que disparó las fuertes tendencias de opinión sobre el origen del virus fue la intervención flagrante de los mandatarios, autoridades de gobierno e incluso supuestos líderes sanitarios de ambos países.

Muchas investigaciones serias descartaron esos supuestos.  Lo que estaba detrás de esas confrontaciones, aparte de la política circunstancial, era la nueva guerra fría entre China y USA por razones geopolíticas y por estrategias de supremacía comercial (1).  Trump acusaba de incompetente al director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y dispuso el retiro financiero a la entidad, en el peor momento.

Sin embargo, relevantes voces autorizadas norteamericanas desmintieron el supuesto de  que el virus era artificial. El director de inteligencia Richard Grenell, y el destacado epidemiólogo Anthony Fauci, declararon a la prensa que había consenso científico de que el virus no era artificial ni genéticamente modificado.

Después de miles de publicaciones contradictorias en la prensa mundial, y tras una insistente solicitud, China aceptó que una Comisión de la OMS, con 14 expertos de alto nivel, visitara específicamente la ciudad de Wuhan para investigar el origen del mal.  Entre otras cosas debían descartar que fuera un virus artificial y que pequeños animales dieran positivo y transmitieran la enfermedad.

En febrero pasado, la Comisión de la OMS dio sus conclusiones.  Resultaba que era extremadamente improbable que el virus fuera fabricado, era una “hipótesis descartada” según los científicos (2).  Aunque, se seguía sosteniendo que probablemente los murciélagos y pangolines eran los trasportadores del virus en Wuhan. El pangolín es un mamífero pequeño, parecido al armadillo, muy cotizado por su carne y grandes escamas.

La red 5G como difusora del virus

Cualquiera que sabe algo de telecomunicaciones o de epidemias, puede reírse de ese supuesto.  El virus se transmite a corta distancia por el aire y no por ondas en el espectro electromagnético.  Pero mucha gente se lo creyó y las redes sociales se calentaron con los reenvíos de la supuesta evaluación científica al respecto.

Tanto fue, que la propia OMS creó un espacio en su Web denominado Myth Busters donde de manera didáctica se descarta el bulo.  Y un artículo de la reconocida revista Wired, firmado por James Temperton, aclaró la procedencia de la falsedad. Resulta que el 22 de enero de 2020, en el periódico belga Het Laatste Nieuws, el médico Kris Van Kerchoven declaraba que a su parecer la tecnología 5G era peligrosa y que podría estar relacionada con la pandemia.

El único argumento era que la ciudad china Wuhan era una de las primeras donde se habían instalado redes 5G.  No obstante, para entonces, Pekín, Shanghai, Nanjing, y otras capitales del mundo ya tenían redes 5G; y no se veía correlación entre lo uno y lo otro.

Pero los activistas anti 5G, empatados con los conspiracionistas, salieron a potenciar el supuesto. Hubo varios ataques contra torres 5G en varios países. Y le hicieron el juego a USA que buscaba desacreditar las tecnologías chinas de avanzada.

¿Qué pasó previamente?  No obstante la presión diplomática, comercial y digital contra los chinos, el primer ministro británico Boris Johnson había firmado un acuerdo con Huawei para desarrollar en su país las antenas 5G.  Por la misma fecha, en junio de 2019, Rusia se había distanciado de Trump y había firmado lo mismo con Huawei.

Antes, el gobierno norteamericano había acusado a Huawei de penetrar poblaciones para realizar espionaje, había dispuesto bloquear la compra de sus tecnologías en territorio USA, y dispuso la detención de la directora financiera del gigante electrónico chino Huawei, Meng Wanzhou.  Ésta, la hija del fundador de Huawei, fue arrestada por las autoridades canadienses para ser extraditada a Estados Unidos por la supuesta violación de las sanciones impuestas por Washington contra Irán, se anunció el 5 de diciembre de 2018 (3).

En rápida reacción, China suspendió las importaciones de algunos productos agrícolas y cárnicos canadienses. A su vez, detuvo a Michael Spavor y Michael Kovrig, ciudadanos canadienses acusados de espionaje por un tribunal chino, pocos días después del arresto de Meng Wanzhou. ¿Pura casualidad?.

Hace poco, en abril 2021, el renombrado historiador Y.N. Harari ha vuelto a poner el dedo en la llaga.  El mayor riesgo para el mundo es el nuevo colonialismo que pretenden las grandes potencias: el colonialismo de datos (4).  Así como en el pasado, quienes poseían las tierras eran los que detentaban el poder, hoy los que controlen la infraestructura global de datos, serán los que manden sobre los individuos.  Esto parece explicar por qué la nueva guerra fría se está dando a través de psicosociales y bulos globales.

 

Fuentes: 1.- López- Borrull, Alexandre, Bulos Científicos, de la tierra plana al coronavirus, 2021,  Editorial Oberon, Madrid. 2.- www.France24.com, consultado 9 febrero 2021.  3.- https://elpais.com/internacional/2020-05-27/canada-decide-seguir-adelante-con-el-proceso-de-extradicion-a-ee-uu-de-la-vicepresidenta-de-huawei.html

4.- Conferencia Y.N. Harari, Softys Innovations Week 2021, https://softys.tv, consultado 20 de abril 2021.